Hipólito Gómez de las Roces, presidente del Gobierno de Aragón de 1987 a 1991, inauguró la biblitoeca el 7 de junio de 1990, José Luis Marquina, Director de la Biblioteca de Aragón, Trinidad Marcellán, editora de Olifante y Concha Villariño, Subdirectora General de Coordinación Bibliotecaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
En la mesa también participaron Palmira Vicente, en nombre de la Consejera y José Luis Arce de la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro.
Ángel Guinda, que no pudo asistir a la mesa redonda, mandó esta preciosa carta que leyó Trinidad Marcellán:
Si
no hubiese sido poeta me habría gustado ser libro.
Mi
padre era ratón de biblioteca. Diariamente acudía él, mañana y
tarde, a esta en la que nos encontramos para leer la prensa así como
obras de Historia o narrativa.
Siendo
yo adolescente frecuenté varias bibliotecas zaragozanas, entre ellas
la Provincial en la Plaza de Los Sitios (hoy de José Antonio
Labordeta) y la Biblioteca Cervantes, en la Calle Santa Teresa.
En
la primera de ellas leí a Baudelaire en edición bilingüe, y dos
versos de su poema “El albatros” confirmaron mi destino poético:
“Le Poète est semblable au prince des nuées/…/Ses ailes de
géant l´empêchent de marcher.”(“El
poeta se parece a ese príncipe de las nubes/…/Sus alas de gigante
le impiden caminar”).
En
terceras nupcias me casé con una bibliotecaria. En nuestro
apartamento madrileño no cabían los libros. Doné dos mil
ochocientos títulos a la Biblioteca de la Universidad Carlos III en
la que ella trabajaba. Fue una experiencia dolorosa al comienzo,
gratificante después: cuando supe que los estudiantes los
utilizaban.
Recuerdo
mis conferencias y lecturas públicas en esta Biblioteca de Aragón,
en la Biblioteca Nacional, y en las Bibliotecas del Instituto
Cervantes de Sofía, Dublín, Lisboa y Nueva Delhi.
Si
no hubiese sido escritor me habría gustado ser Biblioteca.
Ángel
Guinda
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